Por Rosa Díaz
(Publicada en su libro: Alejandro Rojas-Marcos remando río arriba, Editorial Almuzara, Córdoba 2004)
Sevilla es una ciudad guardada en la luz, por eso tiene una pátina antigua que usa el medio tacón de la Giralda para su complacencia. Nunca se atrevieron a subirla al metro ni le remozaron el vestuario con la doctrina de Le Corbusier –por ejemplo- aunque en la EXPO, llegó Calatrava y tensó un arpa arriba del Guadalquivir, para cuando se venga de la vega o de las lomas del aljarafe, funcione el puente del Alamillo como un nuevo símbolo de la ciudad que la une al futuro. Aunque en Sevilla, parece ser que el futuro no tenga que existir y hoy es ayer, mañana es todavía. La Cartuja de Santa María de las Cuevas, nos instruye con las chimeneas de los viejos tejares y se renueva la seguidilla de mi novio es cartujano pintor de loza por aquello de Serra y Pickman.
Llego al aparcamiento subterráneo de la Plaza de Cuba y subo a ese hemiciclo que mira al agua verde del albur y la carpa. A la piragua, al remo, al convento de Los Remedios donde dicen que pernoctó Juan de Yepes y ahora se ubica el Museo de Carruajes. Quien vive aquí vive mirando una ristra de postales sevillanas a tamaño natural, que tienen hasta las mareas de Sanlúcar de Barrameda y el graznido de las gaviotas. Y además de la Torre del Oro, la Giralda, las Atarazanas y la espadaña de la Caridad donde Valdés Leal, fiel al llamamiento de Miguel Mañara, pintara In Ictu Oculi, a la derecha, tras el bosquejo de los árboles del Cristina, sabes que anda el foso de la Universidad y justo en el centro del punto de mira, la otra universidad que tiene el cum laude de la Puerta del Príncipe: La Maestranza.
El ascensor me deja en el despacho de don Manuel Clavero Arévalo, un sevillano que a los veintiún años se licenció en la Facultad de Derecho de la Universidad de Sevilla, y a los veinticinco obtiene la Cátedra de Derecho Administrativo de la Universidad de Salamanca. Entre sus alumnos dos presidentes de Gobierno: Adolfo Suárez y Felipe González. Ni fuma ni
bebe. Formó parte del primer Gobierno Democrático como Ministro Adjunto para las Regiones y también más adelante se le encomendó la Cartera de Cultura. Don Manuel juega al tenis, escribe libros, artículos, da conferencias y seguramente es quien más sabe de todos los pasos que siguieron las Autonomías porque bregó con ellas, e invitó a una ronda de “café para todos”. Rey Mago por el Excmo. Ateneo de Sevilla, Hijo Predilecto de Andalucía, bético, Medalla de oro del Instituto de Academias de Andalucía y miembro de las Reales Academias de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba; de la Sevillana de Buenas Letras, y de Jurisprudencia y Legislación de Sevilla… y además, en el 2001, dio el Pregón Taurino en el Lope de Vega,
sobre La fiesta y los poderes Públicos.
Bien sabe don Manuel, que la afición al toro es algo que nos llega por la cultura persa y por esas legiones de Roma en Asia Menor, en Hispania y en la Bética. Los toros en la Primera Crónica General del Rey Sabio y en la bula “De Salutis gregis dominici”. Los toros y la sangre Vazqueña de Utrera en los corniveletos que pintó Goya, y que más tarde permanecerían en los cerrados de Concha y Sierra… Y don Manuel me dice que él también fue un tránsfuga, y me lo dice con su sonrisita de niño bueno y yo sé que no, que no, don Manuel, que lo suyo fue coherencia y eso que se llamaba dignidad y honraba el Grupo Mixto. Hoy ya es otra cosa y usted lo sabe. En fin, don Manuel, a usted que tanto le gusta Pepe Luis Vázquez Garcés, de los Garcés del Matadero que vieron crecer las palmeritas de Su Eminencia, vamos a ver cómo entramos a ese toro de la Autonomía, a esos revolcones y a esos paradigmas de la escuela sevillana, ahora que está ahí enfrente en carne de bronce, Pepe Luis, muleta plegada y citando el “quite del perdón”.
-Yo conocí a Alejandro Rojas Marcos, me dice, como alumno de la Facultad de Derecho y debo decir que era muy buen estudiante, y que como estudiante le tengo muy bien calificado. Inquieto políticamente, ya en aquellos momentos hacía una contestación formal al SEU, acometiendo un viaje por España para promover esa aptitud que le costó algunos disgustos. Luego, ya terminada la carrera, tuve ocasión de relacionarme con él cuando fue detenido por haber pronunciado una serie de conferencias cuyo contenido, le llevaron a ser denunciado dos veces ante el Tribunal de orden Público de Madrid. Él me encargó la defensa en ambos casos, en el primero tuvimos suerte y Alejandro fue absuelto, pero en el segundo es ordenada su prisión en la cárcel de Sevilla.
Recuerdo mi visita donde estuvimos hablando de las características del acto donde había sido detenido, del contenido de la conferencia y de todos los elementos que yo necesitaba para preparar la defensa. La verdad es que me dio mucha tristeza, ver a un alumno que para mí era una persona querida, y que por una actuación en defensa de la democracia, pudiera estar en la cárcel y tuviera que oír los cerrojazos tremendos que dan esas puertas cuando alguien se queda y alguien se va.
-Llegó el momento del juicio, volvimos de nuevo al Tribunal de Orden Público, pero ya esta vez la cosa no salió igual, sino que Alejandro fue condenado y, después, se le impuso el destierro: la prohibición de poder llegar a Sevilla a más de una determinada distancia. Hicimos una gestión, -él trabajaba en Madrid y venía a Sevilla los fines de semana- para que se le permitiera llegar al aeropuerto de San Pablo y marcharse a Écija, que era la distancia estipulada por el Tribunal y donde se había visto obligado a fijar su domicilio. Yo mantenía la tesis de que hay pérdida de libertad en el momento de no poder acceder a determinados territorios. Esta desagradable situación se resolvió satisfactoriamente con la venida de la democracia y Alejandro vino a Sevilla donde realizaba en aquellos momentos una gran actividad política.
-Yo creo que en la España de la transición, a diferencia de lo que ocurrió en la segunda República con la Constitución de 1931 con los pactos de San Sebastián, la Autonomía fue revindicada casi al mismo tiempo que la democracia. Y se planteaban las dos conquistas a la vez: la democrática y la autonómica. Recuerdo que en el primer gobierno democrático después de las elecciones del 15 de junio donde yo fui nombrado Ministro para las Regiones, ya se dijo por el Gobierno que se estaba dispuesto a dar pasos para la Autonomía provisional incluso antes de la Constitución. Esto se debió, a la decisión de que viniera Tarradellas, para ponerse al frente de una Generalidad de Cataluña que se iba a restablecer de una manera provisional, por aquello que se llamaban las “Preautonomías”. Esta manifestación del gobierno si mal no recuerdo fue en julio de 1977.
-Se restableció la Generalidad de Cataluña en septiembre del 77 y en enero del 78 la de los Vascos, y yo creía que se corría el peligro de que en aquel momento ya no habría más Preautonomías. Sin embargo, se produjo un fenómeno muy curioso que quizá algunos hallan olvidado, pero yo no olvidaré nunca porque era el Ministro responsable de esa materia y, en toda España, se empezaron a constituir asambleas de parlamentarios por regiones –la palabra comunidad todavía no había salido-. Esto se hizo con los diputados del Congreso y del Senado, no eran diputados Autonómicos, sino que se constituían territorialmente para algo que no habían sido nombrados pero pedían la Preautonomía: La Autonomía provisional. Y así ocurrió en toda España y por supuesto en Andalucía.
-Yo defendí mucho que aquello no se cortara, fue cuando viene la frase de “café para todos” y efectivamente al poco tiempo llevamos al gobierno -una vez negociadas y convenidas- la proposición de los decretos leyes por este orden: Galicia, Aragón, Canarias y País Valenciano en un primer bloque, y luego ya en abril, Andalucía. En este sentido la Autonomía con la Democracia fue algo unido y reclamado. Ahora, lo que no me cabe ninguna duda, es que el Partido Andalucista y ahí entra ya la persona de Alejandro Rojas Marcos, jugó un papel muy importante y muy específico en el tema de la Autonomía Andaluza. Primero, el Partido Andalucista era un partido de total obediencia Andaluza y esa postura obligó a los demás partidos a una serie de hechos y de vindicaciones concretas. Y en segundo lugar, porque ya hubo luego ocasión de ver cómo el Partido Socialista, incorporó a sus filas a infinidad de personas procedentes del Partido Andalucista, en cargos importantes, es decir, yo creo que ya antes de la Constitución, el Partido Andalucista y con él Alejandro Rojas Marcos, fueron el germen determinante en las resoluciones a tomar en aquellos tiempos con respecto a la Autonomía Andaluza.
-Cuando se elabora la Constitución, los siete padres de la Constitución tienen dos documentos. Uno, muy facilitado para aquellas Regiones que tuvieran las Preautonomías -ya Andalucía la tenía-. En ese documento, se partía de la misma situación de igualdad en orden a la salida del proceso autonómico, pero luego este documento fue apartado y se sustituye por otro donde se establecen dos categorías: una, para las Comunidades Históricas –Cataluña, País Vasco y Galicia; que accedían inmediatamente a la Autonomía sin necesidad de pasar por la petición de los Ayuntamientos y de todos los trámites, y que aprobada la Constitución podían preparar el Estatuto. La ventaja era enorme. Esas comunidades autónomas se beneficiaban de unas amplísimas competencias: Parlamento elegido por sufragio universal, posibilidad de hacer leyes, Gobierno autónomo y Tribunal Superior de Justicia, mientras que las demás, -que eran todas- se regirían por un procedimiento completamente distinto. La carrera era muy discriminatoria porque las autonomías llamadas del 143, estaban reguladas con una gran ambigüedad y no se sabía si iban a tener Parlamento o no, o si iban a poder dictar leyes o no.
-En esto creo que coincidimos Alejandro Rojas Marcos y yo. Él era contrario a que Andalucía pudiera tener una Autonomía distinta o de segunda, pero he dicho que había dos documentos y termina prosperando el segundo, que en definitiva, fue un pacto UCD, PSOE y algunos Nacionalistas. Esa distinción entre unas Autonomías y otras, fue con lo que Alejandro Rojas Marcos no estuvo nunca de acuerdo. Él, de ninguna manera quería que Andalucía quedara en un segundo lugar en el orden Autonómico, y yo, que era de su misma opinión, se lo hice ver con reiteración al Presidente Adolfo Suárez.
-Adolfo Suárez mantenía la tesis, de que no había sentimiento autonómico nada más que en los consabidos puntos históricos y que quizá estábamos alimentando algo inexistente, a lo que le argumenté, que si una comunidad autónoma, demostraba que tenía ese sentimiento y se sometía a unas duras pruebas, por qué no iba a poder tener una autonomía como las demás. Entonces, después de mucho discutir, accede Suárez a que el 151 pueda ir a las comunidades autónomas, que además de refrendar el estatuto, tendrían que pedirlo los Ayuntamientos, las Diputaciones, y que esa petición fuera ratificada por el pueblo. Ese fue el pacto que hizo conmigo y redactamos el artículo una tarde en mi casa de Madrid, con Miguel Herrero de Miñón, que era un miembro de la comisión que estaba elaborando la Constitución y esto se introduce en la misma apoyado por las demás fuerzas políticas. ¿Quién me iba a mí a decir en aquel momento, que sería Andalucía la única que entraría por él? En ese sentido yo conseguí una válvula de escape.
-El modelo de hacer dos clases de Autonomías era un pacto evidente PSOE y UCD que luego a UCD le salió muy caro cuando vino el referéndum del 28 de febrero y el PSOE no colaborara. Alejandro Rojas Marcos veía un pacto PSOE y UCD donde Andalucía no estaba dentro de la primera línea, no sabíamos luego qué iba a pasar, había una serie de condiciones rígidas, donde se establecía no poder repetir el Referéndum, creo, que hasta pasado cinco años, y Alejandro Rojas Marcos y el Partido Andalucista se opusieron rotundamente.
-Hay que reconocer que aunque al Partido Socialista, UCD le pide que evite el referéndum del 28 de febrero, Rafael Escuredo, se presentó con todos los certificados de los Ayuntamientos pidiendo la Autonomía por el 151, la verdad es que el Gobierno se quedó un poco desconcertado, ¡pidiendo el 151! y alegando que estaban cumplido los requisitos. Entonces los Andalucistas vieron que la ley reguladora de las distintas modalidades del Referéndum, podía ser un freno para la Autonomía Andaluza, (por caer en el mismo saco de todas las demás) eso fue un punto a tener en cuenta.
-Almería se queda fuera y el Partido Andalucista, el PSOE, el PC, y yo, que me fui al Grupo Mixto por pura coherencia política, y por seguir luchando para que Almería tuviera también la incorporación a Andalucía y que el triunfo político que fue el 28 de febrero tuviera una legalización, presentamos unas proposiciones de ley en el Parlamento para que se permitiera repetir el Referéndum cuando ocurriera un evento de estos, porque esto, era un problema político de primera magnitud, y seguimos luchando, aunque el PSOE en una reunión de abril de 1980, dice: no se ha ganado el Referéndum, hay que ir por la vía del 143 y por el 143 acceder a todo. Eso lo acuerda el PSOE.
-Por ese motivo, me reúno en el restaurante Río Grande con Rafael Escuredo y le digo: –¡Rafael, por Dios! ¿cómo habéis acordado esto, vamos a entrar por el 143 aunque ustedes digan que por ahí se puede meter todo? Estamos en manos de una Constitución que dice lo que tiene que ir por el 143, lo que se puede dar y lo que no se puede dar. Y Rafael Escuredo me pregunta: -¿esto le importaría a Vd. decírselo a Felipe González y a Alfonso Guerra? Y le contesto que no, que para nada tendría inconveniente y a los pocos días, me reúno con Felipe González y con Alfonso Guerra en el restaurante El parrillón, y estuvimos hablando de la posibilidad, de seguir luchando por la vía del 151 para Andalucía aunque estuviera el tema de Almería como estaba.
-Vamos a centrarnos de que estamos en mayo de 1980 y ellos me dicen que qué tenía pensado para conseguir eso, y le dije lo siguiente: La ley Orgánica del Referéndum nos prohíbe que se repita un Referéndum en cinco años para la vía del 143, pero para la vía del 151 no dice nada. Las leyes pueden tener efectos retroactivos si son favorables, en este caso es favorable al derecho a la Autonomía y por tanto se puede hacer una modificación de la Ley de Referéndum en el sentido de que pudiera ocurrir otra situación como esta, totalmente insólito en el Derecho Español, porque un Referéndum como ese no se ha celebrado en ninguna parte ni se va a volver a celebrar, pese a estar en la Constitución. Ahora le diré como: podemos presentar una proposición de ley para modificar la ley de Referéndum donde se contemple qué pasa cuando ha ocurrido una cosa como esta, permitiendo repetir el Referéndum en ese sitio. Se trae un dictamen que diga que esto es constitucional y luego vamos a ver que éxito podemos tener en la votación de estas proposiciones de ley. Proposiciones de ley que las harán también el PC, el PA, PSOE y yo desde el Grupo Mixto, al que ya me había pasado, mejor dicho, todavía no me había pasado porque yo intenté presentar esta Proposición de Ley desde el Grupo de UCD, pedí permiso y me lo negaron, entonces, cuando ellos no me dejan defender aquello que yo creía que era bueno para Andalucía, me paso al Grupo Mixto y hacemos un cómputo y decimos: el PSOE, PC, PA, Catalanes y Vascos, estos probablemente nos van a apoyar. Los vascos no venían al Parlamento y estaban enfrentados al Gobierno, yo dije que me comprometía a hablar con Fraga y Arzalluz. Con Fraga, intentaríamos que se abstuviera y ya quitábamos ocho o nueve votos que tenían, y Arzalluz, como esto es un problema de Autonomía… ¿no hablan tanto de la suya? ¿no están tan disgustados con el Gobierno? pues ese día bajad y votad en contra de él. Arzalluz me dijo que sí, pero después no vino. A ellos sólo le convenía su Autonomía, no la de nosotros. Ellos, su plurinacionalidad eran: vascos, catalanes y españoles. Yo creo que los catalanes, -se habló con Roca- aunque alguno pudo fallar, votaron más a favor, y de UCD tengo pruebas rotundas que lo hicieron también. Aquel debate fue muy interesante porque se votó secreto, y cuando faltaba una papeleta íbamos empatados, es decir, las proposiciones de ley se habían unido todas, las de los Partidos socialista, comunistas, andalucistas y la mía, y aunque intervinimos en el debate, a los efectos de votos se habían unificado. Íbamos empatados y cuando sale la papeleta que faltaba sale a favor de UCD.
-Ya se había producido la Moción de Censura que le presentó el PSOE y perdió, pero sociológica y políticamente la ganó porque en ese debate Andalucía fue el gran tema, y en ese debate fue cuando le dijeron a Andalucía que si iba por el 143 ya le garantizaban Parlamento, Concejo de Gobierno y Tribunal Superior de Ley, algo que no decía la Constitución pero que tampoco lo prohibía. Termina la Moción de Censura, nosotros volvemos a presentar otras proposiciones de ley para debatir, ya que la habíamos perdido por un solo voto, pasa el verano, y en septiembre, el Gobierno presenta una Moción de Confianza en la cual como gran estrella estaba el tema de Andalucía, y el pacto entre Alejandro Rojas Marcos y Martín Villa, o, para concretar más correctamente, el acuerdo entre el Gobierno de España y el Grupo Parlamentario Andalucista, representados por el Ministro Martín Villa y el Presidente del Grupo Andalucista, Alejandro Rojas Marcos: Dígame, ¿Andalucía tendrá Parlamento, tendrá…. todo eso está en el diario de cesiones, esas preguntas que formuló Alejandro y afirmó Martín Villa, con todos esos síes: que sí, que sí, que sí a todo. En fin, un pacto muy grande que dio lugar a un debate. Felipe González, me pregunta que qué me parecía y le dije que yo quería seguir luchando por la Autonomía tal como la teníamos presentada en nuestras leyes, y los socialistas, los comunistas y yo, estamos en contra de la Moción de Confianza, que triunfa; pero claro, entonces surge una cosa imposible, y es que el Parlamento de Andalucía que es el que tiene que hacer el Estatuto de Autonomía, es de mayoría PSOE, y PSOE y PC, dicen que no hacen el Estatuto, con lo cual otra vez queda el tema empantanado.
-Yo personalmente, siempre he dicho que aunque no estuviera plenamente conforme con la fórmula de Martín Villa y Rojas Marcos, sí creo que aquello permitió mover a UCD que estaba en que ella había ganado el Referéndum y que allí no había nada que hacer. Esto de Alejandro y Martín Villa cambiaba la posición y la situación. Se movía UCD y ya, movida UCD, el ataque frontal no la cogía desde la fortaleza que tenía antes. En ese sentido, Alejandro Rojas Marcos hizo un favor, un beneficio para Andalucía, aún cuando la fórmula no era plenamente oportuna desde mi punto de vista, aunque son discutibles las diferencias que podía haber para lograr la misma consecución.
-Entonces vino ya una posición del PSOE donde jugó mediáticamente con la opinión pública, tales cosas hicieron mucho daño al Partido Andalucista y a Alejandro Rojas Marcos, pues produjo una situación muy triste, en el sentido, de que quizás el Partido que más había luchado por la Autonomía plena en Andalucía porque formaba parte de su ideología, terminara apareciendo como un perdedor y un traidor. Eso le produjo a Alejandro y a su partido un daño político tremendo, aún cuando ciertamente, él había sido un defensor de la Autonomía, y el pacto con Martín Villa, fue una manera de mover ese asunto, que aunque no lo pudo rematar, sin embargo creo que sin ese pacto difícilmente se hubiera movido realmente el hecho Autonómico. Esta es la historia.
-Yo querría decir en honor de Alejandro, que creo que es un político de raza, un político de vocación, de entrega y dedicación y que me consta la gran lucha que él ha hecho ahora en esta actualidad de hoy por el Metro de Sevilla. Alejandro ha sido un luchador incansable por la consecución del Metro en toda su trayectoria política y quien más a peleado por él. En las penúltimas elecciones, que tenía la posibilidad de pactar con PSOE o con el PP, en las negociaciones con ambos partidos saca el Metro adelante y el precio de esa coalición es el Metro. Realmente el Metro en Sevilla lo tenemos gracias a Alejandro Rojas Marcos, y ahora si Alejandro no cuenta para nada, será otra vez la historia cruel con él y será una injusticia. Yo esto lo he dicho porque me parece que debería saberse para hacer honor a la verdad.
-Me voy a referir no a las nacionalidades digamos históricas, por no hacer uso de lo que pueda ser ya tópico, pero hay que fijarse cómo van avanzando los Canarios, ahora con esta última ayuda que ha recibido por apoyar al Gobierno del SR. Aznar, han conseguido aumentar el empleo en un cincuenta por ciento desde el año 96 hasta aquí. Son pactos de conveniencias que se hacen y parece que funcionan positivamente y son rentables. Aquí se da muy mala imagen ahora pidiéndose desde la Junta de Andalucía al Gobierno del Partido Popular, lo que no se le ha requerido antes al Gobierno Socialista. Claro, esto da una especie de amaneramiento en los comportamientos de la Junta de Andalucía, acomodaticios según quién gobierne en Madrid.
-Yo siempre he pensado que un partido Andaluz y de neta obediencia andaluza, un partido de centro, reformista, no radical, podría ser muy bueno para Andalucía, siempre que fuera un partido que no vaya contra nadie, que busque su sitio porque crea que Andalucía tiene o puede tener ese espacio y electorado para esa postura. Eso hay que recibirlo bien pero hay que ser consciente que no puede ser un partido de expulsados o de quiénes se hayan ido. También tiene que definir su ideología, que a la hora de un congreso no todo el mundo está en la misma línea, tiene que implantarse en todas las provincias y tiene que haber dinero. Y tiene que haber dinero en un doble sentido, dinero para el funcionamiento diario del partido, porque un partido tiene documentos, tiene una clase de requisitos que lo hacen ser una oficina, y luego, los gastos de las elecciones que son muy fuertes y una de las grandes incógnitas de los partidos y sus financiaciones, siempre difíciles y comprometidas. En España, el tema de la financiación de los partidos es un tema a resolver, yo eso lo he vivido y he visto a personas que simpatizaban con el proyecto pero cuando se han enterado que eso le iba a molestar al Gobierno y era, por ejemplo un empresario, se ha retrotraído y ha dicho que ni hablar. Tampoco se puede hipotecar a la familia con las aventuras políticas, eso me parece que no es de recibo.
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